Adolescentes

El cuerpo cambia, se siente extraño, la identidad está por definir. Los códigos de la infancia no sirven y los de los adultos aún no están disponibles. Alguien ajeno que le escuche y comparta su malestar, supone un alivio en este momento de tránsito.

Por otro lado, es un momento privilegiado, porque en esta etapa se reedita todo lo infantil, pero con más capacidad para poder entenderlo de otra manera, que cuando se era más niño.